No sé quien es Tarancón, pero seguramente ya habrá fallecido. Desde luego, si levantara cabeza, y escuchase un minuto de las mañanas de la COPE con Losantos, se llevaría una gran decepción; así como con el sistema de financiación anterior de la Iglesia (que afortunadamente se cambió), o con el entrometimiento de la Conferencia Episcopal en temas tan poco espirituales como el Plan Ibarretxe o el Estatuto Catalán. Yo no propongo que a los curas se los persiga, simplemente que dejen de tener importancia.
Tampoco hablo de romper el consenso heredado de la Transición, pues sería un suicidio político para este país en el que la democracia aún es puesta en duda por muchos (etarrras, "resistentes galegos", falangistas, arzobispos de Navarra, caciques gallegos, personas del PP cómo ángel Acebes, que si es demócrata no se le nota nada, etc.). Lo que yo digo es que se debiera hacer una nueva Transición que terminase por derrotar ideológicamente a estos sectores que aún quedan anti democráticos y que en un momento dado pueden adquirir mayor influencia. Sólo hay una manera de que la gente sea siempre demócrata: que confíen en su sistema. Y eso sólo se puede conseguir si ese sistema convence a todo el mundo, y por tanto, no hay lugar a que surjan dudas. Sería algo así como hacer de la democracia un "monopolio político" al que no hubiese alternativa.
Yo te digo, Jesús, que en cuanto pase esta ola de antiamericanismo (o sea, cuando Bush sea sustituido), tú propones copiar el modelo territorial estadounidense, con apoyo explícito de su presidente, y nadie tendría espacio ideológico para protestas. Es el sistema que han reclamado mucho tiempo los nacionalistas moderados, y en el que los separatistas confían para alcanzar algún día la independencia. Los socialistas no tendrían ningún problema con el modelo. Y la derecha en general, no podría argumentar que España se rompería con esas nuevas leyes.
Con lo de la República, lo mismo: estoy seguro d que si reinstauramos una República de manera pacífica, no habrá nadie que eche en falta al Rey (a excepción, claro está, de la propia Familia Real, y como no, de Jaime Peñafiel). No creo que en ninguna ideología política con aspiraciones a tener votos quepa la idea de restituír en su cargo a alguien por méritos de sangre y no de trabajo. No cabría en las ideologías de izquierda, como ya sabemos, pero tampoco cabría en la ideología de muchos votantes de centro ni de derecha. Especialmente la extrema derecha no podría defender al Rey si quiere aspirar al nivel d apoyo de otros países europeos. En Francia, por ejemplo, la mayoría de votantes del Frente Nacional son obreros y desemplados que consideran que los emigrantes tienen preferencia sobre ellos, y consiguen ayudas sin trabajar. Evidentemente, tampoco van a consentir que el Rey tenga preferencia sobre ellos sin trabajar. Sinceramente, no creo que nadie eche de menos al Rey en cuanto se vaya. Fue una figura muy importante en la Transición, que garantizaba para la derecha y sobre todo para el Ejército la herencia de Franco, el orden y una ruptura moderada del sistema, así como una autoridad moral. Pero actualmente no tiene sentido, y es anacrónico.
Yo, Jesús, no propongo borrar el espiritu de la Transición, ni propongo acabar con el consenso, ni enfrentae a la dos Españas, lo que yo propongo es un consenso total. Pero desde luego para hacer eso necesitaríamos unos políticos más decentes , pragmáticos y dialogantes y sobre todo con más carisma. Sí volviesen Suárez, González, Roca y Carrillo solucionarían esto de un plumazo. Si realmente nuestros problemas son mucho más fáciles de solucionar que los de hace treinta años. Es increíble como se entendió adolfo Suárez con Santiago Carrillo, o aún más, cómo se entendió Kennedy con Kruschev,y realmente dan ganas de darle dos sopapos a Rajoy y a Zapatero tal cual si fueran niños de cinco años peleándose.
Por cierto, lo del nacinalismo asimétrico es cosa de políticos que quiern dinero. Tú propón el sistema norteamericano (una vez pasado el antiamericanismo) y las bases de los partidos nacionalistas lo apoyarían. Atacarías directamente al corazón de su propio partido, se verían forzados a ceder, so pena de quedarse sin votos.