Bueno, bueno, bueno.
Antes de nada, sobre la castración química, el paisito catalán estudia su introducción:
http://www.libertaddigital.com/noti...
Ramón Villota Coullaut - La castración química
http://www.libertaddigital.com/opin...
Antonio Robles - Castración química
http://www.libertaddigital.com/opin..., Tal vez para presumir de su reciente constitución, impugnada ante el Tribunal Constitucional, pero con muchas probabilidades de que este órgano político culmine su propia degeneración y se suicide.
En otro orden de cosas, no existe ninguna ley, todavía, y espero que no llegue a existir, que obligue a nadie a hablar un determinado idioma en lugar de otro oficial. Hay, es cierto, un lamentable decreto 124/07 cuyo artículo 13 pretende obligar a los niños a utilizar en clases un idioma "concarácter general" sin especificar los supuestos excepcionales en que podrá utilizar "el otro". Pero es un mero reglamento ilegal, como ha dictaminado en Consejo consultivo y acordará, con toda probabilidad, el Tribunal Superior.
Sobre la curiosa idea de democracia que parece imperar en este foro, desde luego, no se atiene a su teoría general -gobierno de la mayoría con respeto de las minorías-.
Cuando aquí se habla de mayorías, e incluso de unanimidades, habría que recordar que la participación electoral en la elección del parlamento de 1981 -el que aprobó la "ley de normalización lingüística"- fue inferior al 50 %. Una cosa es que pasemos de los políticos. Otra que tengamos que tragarnos todas sus ocurrencias. Aún así, esa ley, pese a su horrible nombre, y al mero hecho de existir -sobre la suposición de esos señores de que sus votantes (minoría) y sus indiferentes (mayoría- no éramos normales en 1983 y habríamos de ser normalizados -cada vez con más saña y con peores resultados, según dicen-; ... esa ley, decía, no era tan mala. No es tan mala: sigue vigente. Y de ninguno de sus artículos se desprende ni remotamente que la miniministra o consejera de sanidad tenga que hacer el ridículo hablando en la lengua "propia", es decir, en la impropia, si de ella se trata. Al menos el gerente del Canalejo no nos macilla la lengua. Me parece mejor.
En cuanto a darse de baja del esfuerzo "normalizador" mientras no se considere normal a toda la pobalción, es decir, mientras no se derogue toda norma discriminatoria por razón de lengua, yo ya lo he hecho.