Por Manel Pardo | Ames | 02/02/2010
El hartazgo del electorado y la falta de temor a cambiar el voto ha provocado, provocará, la entrada en muchos sitios de partidos independientes y más pronto que tarde creo que los grandes se darán cuenta de que no sirven los cálculos milimétricos y que el voto hay que ganarlo urna a urna; ejemplo de esto es UpyD, un partido alentado en la sombra por el PP con la esperanza de minar las bases socialistas y que acabó minando las de ambos grupos por mucho que no se quiera reconocer. Las distintas mociones de censura tras las últimas autonómicas han sido posibles, gracias, en muchos casos, a personajes que más que tránsfugas han sido mercenarios preparando sus movimientos en las municipales.
Pero los grandes partidos tienen además otro problema en la comunidad digital; han comprobado que con despreciarlas no se consigue que desaparezcan y la presión que provocan es cada vez mayor; un saco de firmas que antes costaba conseguir muchos días de puerta a puerta ahora es gestionado desde un ordenador por una par de personas en sus ratos libres; y la dudas invaden los planes de los asesores “¿cuantos están de verdad detrás de esta campaña?” “Si no les hago caso malo y si no... peor” , por añadidura los medios de comunicación, necesitados de polémicas con la que llenar debates, y con las mismas dudas mencionadas se hacen eco de dichas campañas. Un buen ejemplo de esto es Galicia bilingüe; una asociación que sin ser un reflejo de la mayoría social ha sido capaz de poner al actual presidente de la Xunta en una situación difícil al reclamar su botín tras la batalla electoral y, por si esto fuera poco, ha logrado que se rompa el consenso de la anterior legislatura para a continuación decir que quiere más.
Pero el cambio en la ley electoral no será posible sin que los partidos dispongan de un funcionamiento interno democrático que entienda que si las directrices las deben de marcar los líderes los votos los ganan, en buena medida, las bases; cambios que se produjeron, por poner un ejemplo, en los Estados Unidos a finales de la década de los 60 y que aquí aun no han llegado. Si los debates internos, las elecciones de candidatos reñidas, y los controles en aras de la limpieza fueran algo habitual los sucedido en Ourense con Baltar habría sido muy distinto e incluso en vez de dos aspirantes hubiera habido más.
Queda poco más de un año para las municipales pero la campaña ya ha comenzado y será divertido ver a los grandes partidos convencer a los electores de que; 1º son los únicos que saben lo que hacen 2º son los únicos honrados 3º si han usado a tránsfugas fue por el bien del pueblo 4º las mociones de censura sucedieron por que la situación era insostenible 5º la experiencia es un grado 6º la juventud es un valor en alza... y así todos los tópicos que se os puedan ocurrir.