Querida Selva, no soy hijo de Juan Canalejo. Este último fue el fundador de la Falange en La Coruña, y no mató a nadie. De hecho, el estallido de la Guerra Civil lo cogió en Madrid, en donde lo internaron en prisión y en una de las sacas que se hicieron de la cárcel Modelo, sin juicio ni nada por el estilo, lo llevaron a Paracuellos del Jarama en donde lo asesinaron, y allí está sepultado en una fosa común revuelto con otros cadáveres.
Aludí a Juan Canalejo porque por el simple hecho de haber sido el fundador de la Falange en La Coruña, pese a no haber pegado un tiro, sus descendientes han tenido que escuchar auténticas barbaridades sobre él. Y lo decía porque estas cosas, cuando aún hay gente viva, como tú o como la hija de Canalejo, que es monja, la conozco y es una mujer buenísima, duelen, pero no sólo a ti, a los descendientes de Canalejo también. Trapos sucios los podemos sacar todos, de los dos bandos enfrentados, así que soy de los que creen que para tener una visión desapasionada y sosegada de lo que sucedió, aún tiene que pasar bastante tiempo, y los políticos españoles tienen que dedicarse a hacer política y dejar la historia para los historiadores.
Y no tengo ningún resentimiento, no te montes películas. Simplemente tengo un afán de conocer lo que pasó, de historiador, y como tal tengo una visión de los hechos que no coincide con la tuya. Tu la vives de forma apasionada, dolorosa, como no podía ser menos, lo entiendo.
Para mí es algo que sucedió, que intento conocer, y en la medida de lo posible, explicar; y soy de los que creen que si en la Guerra Civil y posguerra se cometieron crímenes y atrocidades espantosas, no es menos cierto que en la Segunda República se dieron hechos y hubo personas que dieron pie a lo que sucedió. Y no sigo porque sabes como pienso y tampoco pretendo hurgar en la herida.
Insisto, una vez más, ¿por qué no respondes a las preguntas que te planteé, que ahí no íbamos a tener desencuentros? Creo que harías un favor a los lectores y a todos aquellos que quieran conocer un poco la figura de tu padre. No toques temas políticos si no quieres.
Y por favor, lee y relee lo que digo, compréndelo, si tienes dudas, pregúntame, pero no te montes una película con lo que yo no digo. Venga, cuéntame, cuéntanos cosas de tu padre y tus tíos, que para bien o para mal forman parte de la historia de La Coruña.