No me extrañó nada el resultado del referéndum sobre el convenio porque si analizas un poco el proceso de negociación no acabas de encontrar razones convincentes para apoyar el nuevo sistema. Pienso que la principal desavenencia se fundamenta en la falta de información sobre las materias fundamentales del nuevo documento, y la desconfianza en su correcta aplicación, sólo hay que comprobar por ejemplo que los anexos a los que remite el convenio para conocer las remuneraciones etc. aún no fueron entregados a los trabajadores y hasta la misma semana de la votación estaban siendo modificados.
Los puntos de desacuerdo habrá que analizarlos en profundidad con todos los colectivos, pero quizá van más allá de lo que supone la firma o no de un convenio. Uno de los más relevantes seguro que es el de la convocatoria de oposición y la valoración de los méritos de los contratados de la TVG. Otro factor de gran importancia es la falta de confianza de los trabajadores hacia el comité. Ya viene de hace tiempo y cada vez se palpa más el rechazo hacia algunos miembros. Quizá sea porque algunos se creen dueños de la razón pensando que están por encima de los demás. Viendo esa falta de confianza cómo vas a aceptar todas esas comisiones paritarias que se pretendían constituir. Si la opinión mayoritaria es que el comité nos vende por dos patacones cómo vas a confiar en que una comisión resuelva todos los problemas que no deja cerrados de antemano el convenio. Creo que la primera consecuencia de este resultado es la irrevocable dimisión generalizada del comité, delegados sindicales los primeros. A la dirección también tiene que costarle cabezas porque es la gran responsable de este desaguisado. Para empezar la tele no es una empresa a la que se pueda someter a estructuras piramidales en las que todo el mundo sea un puro número. No valen los criterios de otras empresas porque aquí es fundamental la capacitación, la creatividad, la experiencia en determinadas exigencias que solo con talento y práctica unidos se pueden resolver. La dirección pretende que valga más la flexibilidad de horarios, la rotación, la homogeneización de funciones, la versatilidad
de modo que todos entren en una estructura en la que todo el mundo valga para todo. Pues ya ven que no estamos de acuerdo en una gran mayoría y eso debería servir de escarmiento para que cambien el rumbo inmediatamente y se sienten con los colectivos para aprender en que mundo viven.
Muchos teníamos puestas grandes expectativas en los nuevos gerentes pero el sentir general es que no vamos a mejor sino todo lo contrario. Comprobamos como continúan viejas lacras que nos limitan y emponzoñan el ambiente, vemos impotentes como se van a las productoras la mayor parte de los programas, vemos como se mantienen e incluso se amplían situaciones de privilegio poco éticas etc. La sensación es que existe una bicefalia en la que por un lado se quiere convertir esto en una fábrica en cadena y por otro sea el coto de una pandilla de amiguetes que tienen su juguetito para negocio particular.
Y con todo esto quieren que les apoyemos?